martes, 14 de febrero de 2012

El Flaite Asegurado

Un fenómeno típico de la sociedades desarrolladas es la alta tasa de afiliación de sus habitantes a la industria aseguradora,  en la medida que una sociedad tiene un mayor bienestar y sus habitantes mayor número de bienes, estos buscan asegurarlos a todo evento de manera de contar con la estabilidad como un bien superior, aquí nace el flaite asegurado.

Nuestra sociedad flaite, en vías de desarrollo, no esta ajena al vicio de los seguros, que ofrecen desde las coberturas más fundamentales Seguros de Vida, de degravamen (al  solicitar un crédito hipotecario) hasta los seguros más inútiles como las garantías extendidas y salud para mascotas.

Es cierto que todos valoramos en mayor o menor grado la seguridad, pero cuando la sobreprotección se transforma en un vicio, impulsado por las agresivas campañas comerciales de la industria aseguradora caemos en la tontera segura.

Los clásicos seguros, conocidos como seguros de vida, son en realidad seguros de muerte, considerando que la muerte el único hecho seguro en la vida, paradojalmente usted nunca podrá disfrutar  de sus beneficios y tampoco cumple con la función básica de un seguro que debiera ser mantener el bien intacto (que usted siga vivo), Sí .. concuerdo con usted en que disfrutará de la “tranquilidad” de que su familia será indemnizada luego de su muerte, pero concretamente: ¿cree usted que algún monto de dinero puede aliviar el dolor de la pérdida de un familiar querido? (por el bien de su ego espero que responda que no), por otro lado, si el monto fuera tan suculento que permitiera transformar su funeral en una especie de celebración del “Chao Jefe” (Concurso de Kino), permítame hacerle saber que los regalos desproporcionados nunca son buenos, distorsionan la realidad socioeconómica de quien los recibe, sin un esfuerzo de por medio. Una cosa es que cuando usted ya no esté, su familia pueda mantener su estilo de vida con algún esfuerzo mayor, pero muy distinto es que todos esperen su muerte para cambiar el auto y comprarse una casa en la playa.

No puede ser que usted valga más muerto que vivo (compare su productividad estimada en los años de vida que le quedan, traídos a valor presente, con el monto a cobrar por su seguro de vida) si esta relación indica que usted es un mejor negocio muerto que vivo, entonces usted pone un incentivo perverso a su familia.

OK, los seguros de vida no cumplen la función de asegurar la vida y tampoco calman el dolor de la muerte, pero qué pasa con otros seguros, como por ejemplo el seguro de su vehículo, en promedio cada 15 años que usted paga la póliza del seguro de su vehículo, puede comprarse un auto totalmente nuevo, si consideramos que la vida de conductor de un chofer promedio es de al menos 45 años, usted podría reponer íntegramente su vehículo 3 veces (OJO: si en su vida de conductor tiene 3 choques con pérdida total, le recomendaría no manejar antes de tomar seguros.

Si usted es un flaite que cree que su seguridad se encuentra basada en la acumulación de bienes, entonces sabrá que la alegría la encuentra en crecimiento de su patrimonio, paso a paso y disfrutara la incertidumbre de luchar por cuidar lo que ha acumulado día a día, desde ese punto de vista el seguro solo le quita emoción a su desarrollo material (le reduce el riesgo y por ende la rentabilidad). En el otro extremo, si usted es un flaite espiritual, que vive de emociones y sentimientos y no necesita acumulación de bienes materiales, probablemente usted tenga pocos elementos que asegurar y además de eso se encuentre poco aferrado a su materialidad, por lo que le dará lo mismo perderlos, en este otro extremo tampoco operan con efectividad los seguros.

Me permito dejarle algunas recomendaciones:
  • No asegure bienes perecibles menores (Garantías extendidas), pero si asegúrese ante situaciones menos frecuentes de altísimo costo (Seguros contra terceros o seguros contra enfermedades catastróficas).
  • Cuál es el límite de aseguramiento: no gaste en seguros más de lo que le costaría reponer ese bien en un período de vida razonable.
  •  Tome seguros a conciencia, pero no se sobre asegure, “Flaite asegurado vale por dos